Cuenta la leyenda que allá por 1600 el pueblo de La Algaba padecía peste y muchas enfermedades, las cuales se habían llevado ya a innumerables vecinos del pueblo. La gente cansada de padecer tantas penurias decidió sacar al patrón en procesión para pedirle así que acabara con todo aquel sufrimiento, pero se dieron cuenta de que no tenian patrón alguno, asi que el párroco del pueblo convocó en la iglesia a todos los vecinos. Una vez allí el cura metería en una bolsa los nombres de varios santos y una mano inocente tendría que sacar una papeleta y así saber que santo sería el patrón del pueblo. Pero el joven, vecino del pueblo, en lugar de sacar una papeleta sacó dos una era la de Santa Marta y la otra la de San Laureano. No valiendo la elección se volvieron a meter en la bolsa todas las papeletas y el joven volvió a meter la mano y esta vez si sacó sólo una, SANTA MARTA... seria patrona de La Algaba. Por desgracia el único que sucumbió a la epidemia fue el propio párroco que moriría pocos días después.
Tiempo después nacería la tradición que ha llegado hasta nuestros días la cual consiste en que una persona con una corneta hace tocar una melodía por cada uno de los cuatros costados del campanario, después, al acabar cada melodía varias personas desde la azotea de la iglesia tiran caramelos y golosinas ( los céntimos sólo se tiran la tarde del 29) a los chiquillos mientras suenan las campanas y se tiran cohetes. Esto se conoce como "el clarin".
Se repite tres veces al dia. Actualmente esto se hace los dias 28 y 29 de julio a las 12:00h ; 15:00h ; 20:00h.
Foto: Joaquín Ortega
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