que a la calle te asomabas;…
… El gentío, al contemplarte,
curioso, se preguntaba:
¿Dime quién eres?, Señora.
Que, paseas por Triana
y enciendes, con tu belleza,
el Viernes de Madrugada.
¿Qué tienes en el semblante?
Que sólo con la mirada,
cautivas a quién te admira
y das consuelo a su alma.
¿Por qué?, Madre de Dolores,
si llevas pena en la cara,
alegras los corazones
que te rezan y te alaban.
¿Quién? te proclamó a ti Reina
y te nombró Capitana;
al navegar por Sevilla
sobre tu barco de plata…
Y dicen, que justo antes
que llegases a la Campana,
del cielo llovían pétalos
que los ángeles lanzaban.
Y un coro de querubines
sobre su trono de alas
iban proclamando, a voces,
para que nadie dudara:
“Esta es la Madre de Dios,
Hija de Joaquín y Ana.
Esposa de San José.
Prima de Santa Isabel…
… y Esperanza de Triana”.
Autor: Justo Fco. Carretero Sánchez
Dedicado a la Esperanza de Triana.
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