Un largo camino en una calurosa jornada hasta la llegada de la imagen pasadas la una del mediodía a su mencionada ermita.
Allí, junto a ella los romeros pasaron un día de convivencia, en ningún momento la Virgen estuvo sola, son muchos los que se acercan a cantar y a bailar ante sus plantas, como también a rezarle.
Este año la Virgen estuvo más tiempo en la ermita, ya que tanto el rezo del Rosario como la salida de la Virgen se retrasó en una hora para evitar así algo de calor, en el camino de vuelta la tradicional parada ante el Colegio San Alberto Magno donde el coro del Centro Social de Castilblanco de los Arroyos, llegado exclusivamente a Montequinto para cantarle a la Virgen, dedicó varias sevillanas a la Señora.
Si de los últimos años ha sido el que más tiempo estuvo la Virgen en la ermita también ha sido el año que más tarde se ha recogido, a las diez y media de la noche y tras la petalada y el saludo al monumento de la Milagrosa frente a la capilla del Cristo de la Esperanza regresaba esta imagen mariana a su casa, aquella en la que el resto del año recibe la visita de todos aquellos que durante un día, la Virgen sale a visitarlos.
Montequinto, barrio de Dos Hermanas por historia aunque sevillano por cercanía demostró así un año más su devoción a la patrona, son ya veintiocho las romerías dedicadas a esta Virgen de los Ángeles con centenares de años a sus espaldas.
Veintiocho son también las fotografías que ilustran esta noticia, dedicadas a todos aquellos quinteños que cada año y ante las dificultades hacen posible esta romería.
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